La depresión a veces sonríe
Desde afuera, todo parece casi normal. Sonríe a veces, pasea, incluso hasta bromea. Pero adentro hay una tormenta silenciosa que no cesa, un eco constante que repite: ya no eres tú. La mente de un depresivo no es simplemente una mente triste. Es una prisión invisible, donde los barrotes son pensamientos, y la celda es el propio cuerpo.